
Y entonces me doy cuenta que mi vida está allá, en otra parte, en un aquí, nunca en un ahora, que está en aquellos surcos que se forman en la tierra, en unos pies que no descansan, en unos ojos que no duermen, en una boca que nada se guarda.
martes, 28 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
Seguramente nuestras mujeres de antes se compartían sus secretos mientras lavaban en el río o compraban en el mercado, de esa manera se enteraban de lo que le sucedía a sus contemporáneas, nosotras, las de ahora, lo hacemos a través de los blogs.
Las leo y me siento tan igual, tan pasajera... cómo decirles que comparto tanto a la distancia.
El Rober Castillo dijo una vez, lo recuerdo bien...
Si hubiera una guerra y todos muriéramos, si muchos años después se encontraran nuestros textos, se descubriría que fuimos una especie muy triste.
Cómo compartirán sus secretos nuestras hijas, Lore, cómo.
-----
Se acerca, le digo: no gracias. insiste.
-Le pongo el aditivo?
-No gracias.
-Marca ceros.
-Gracias.
-Le checo los niveles?
-Estoy bien, gracias.
-Una tarjeta, una recarga?
-No gracias.
Lo único que quiero es que me deje escuchar la canción de Joan Sebastian que suena al fondo. Sí, de Joan Sebastian. La escuchaba cuando era niña, y no sé por qué, pero quiero escucharla ahora.
----
Una cabeza en una mochila.
Las leo y me siento tan igual, tan pasajera... cómo decirles que comparto tanto a la distancia.
El Rober Castillo dijo una vez, lo recuerdo bien...
Si hubiera una guerra y todos muriéramos, si muchos años después se encontraran nuestros textos, se descubriría que fuimos una especie muy triste.
Cómo compartirán sus secretos nuestras hijas, Lore, cómo.
-----
Se acerca, le digo: no gracias. insiste.
-Le pongo el aditivo?
-No gracias.
-Marca ceros.
-Gracias.
-Le checo los niveles?
-Estoy bien, gracias.
-Una tarjeta, una recarga?
-No gracias.
Lo único que quiero es que me deje escuchar la canción de Joan Sebastian que suena al fondo. Sí, de Joan Sebastian. La escuchaba cuando era niña, y no sé por qué, pero quiero escucharla ahora.
----
Una cabeza en una mochila.
sábado, 25 de junio de 2011
"Temblé un poco, ya sabía yo lo que significaba este reencuentro, el desalmado abismo que éramos el uno para el otro y donde nos hundíamos sin misericordia hasta los cabellos, nutriéndonos, como a dentelladas, de nuestro propio vértigo sin tregua, patológico, cuyas fauces nos trituraban centímetro a centímetro hasta la más agobiadora desesperanza, sin dejarnos salir".
José Revueltas.
Si ya lo dijo él, para qué lo digo yo.
viernes, 24 de junio de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)