sábado, 6 de febrero de 2010

Escribir poemas nunca se me ha dado. La única vez que lo intenté, eran palabras incendiarias y dolorosas, nada del encuentro intrínseco y bello, sólo poemas guardados debajo de la cama, que como el alfiler a la princesa, me picaban mientras dormía. Nada de creerme poeta, ni hacedora de palabrería; sin embargo adoro a los poetas.

[...]Dulce soñar y dulce acongojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco mas durara el engañarme[...]

Juan Boscan

La golpee tantas veces durante los sueños, que estoy segura, hubo varios días que amaneció con la cara amoratada y sollozando, y otras, sintiendo que la piel se le caía a pedazos o sangrando. Estoy segura.

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