Hoy duermo en otra ciudad, algunos la llaman ciudad estufa. Pero hoy no hizo tanto calor. Otra vez viajo para confirmar cosas que mi olfato no percibió. Cuando parara este vértigo que no deja en paz a mi estomago?
Escuchara el cielo que ya estoy cansada? Que he estado cansada desde hace meses. No quiero que me secuestre el suelo por miedo a quedarme ahí por semanas.
Escribo frente a una pared verde, con el run run del aire acondicionado a mi lado derecho y en una lap top que no me permite encontrarle los acentos. Voy a dormir en otra ciudad, una que no esta muy alejada de la mía, pero que es otra. Faltara mucho para que deje de sentirme extranjera en este cuerpo, en esta mente?
Ella dejo que durmiera en el sillón, no entendió el por que de mi insistencia; pero como le decía que aceptaba dormir en una casa que no fuera la mía, siempre y cuando se me permitiera dormir en el sillón.
Así sera de ahora en adelante? Los sillones me perseguirán? O soy yo la que los va a perseguir a ellos.
El sillón me mira con su piel roja y yo...le abro los brazos.
2 comentarios:
yom!
acá el sillón está más chido que la cama...prr prr
mi estimada esme:
yo dormí en un sillón casi un año, hasta que exorcisé mi cama, pero a veces, por las noches, siento que el sillón me observa, que me extraña, que reclama mi presencia en su mullida superficie, entonces me escabullo de la cama y a hurtadillas la engaño con mi añorado sofá, je
un saludo afectuoso hasta allá
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