Veo el traje gris y me imagino en Praga, que hablo checo y nadie me entiende, que camino por sus estrechas callejuelas cremas, rojas y color chedrón, que cruzo los puentes dorados con el sabor de un café espresso ristretto en la lengua y el humo de un lucky en los pulmones, que veo los antiguos faroles y a mi sombra detenida en el tiempo, sin identidad, sin rostro, sin cuerpo; que contemplo los jardines barrocos y arrojo el celular al agua, que mis oídos están cerrados y no veo más lo que quiero ver; que me dedico a todo y a nada, que nunca he pisado un teatro ni fingido un orgasmo; que escondo la sonrisa entre las manos y doy asesorías para la conservación de la especie monarca; que me siento en una de las lápidas más antiguas del Cementerio Judío y me como una nieve mientras pienso en el Cementerio de Montparnasse donde están enterrados Baudalaire, Jean Paul Sartre y Simone de Beauviour. que recorro la noche en la Plaza Vieja y pienso en la Maga como uno de los personajes mas estúpidos de la historia literaria.
Imagino...mientras observo un traje gris que recorre Morelia.
Nunca un epitafio para los mentirosos.
Imagino...mientras observo un traje gris que recorre Morelia.
Nunca un epitafio para los mentirosos.
3 comentarios:
Morelia es hermosa, que no te distraigan los trajes grises y menos los mentirosos. Me encanta eso de nunca fingir un orgasmo, me encanta. Descansa. Saludos.
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