domingo, 22 de febrero de 2009

Anoche disfruté mi travesía en taxi. El chofer ayudó bastante, pues escuchaba a los Chemical Brothers. El trasladarme en transporte de ruta, me ha obligado a descubrir cosas: como que en la parte baja de mi colonia hay una biblioteca, del DIF, pero biblioteca, un lugar donde venden pollos rostizados y el olor impregna la cuadra, un taller mecánico que se adorna con luces navideñas, un camino amarillo como en el Mago de oz; y sobre todo, la tranquilidad que representa no manejar y tener libertad de separar la vista del volante.

Llegar a la cena en casa de mi hermano y reír con mis sobrinos, me recordó lo lindo de estar en familia. Prometo hacer esto más seguido.

No tengo carro, esta semana he llegado tarde a todas partes, no tengo carro y hay un encuentro a la vuelta de la esquina, una obra que montar y producir, y no tengo carro. Pero estoy feliz.

Llegar a casa de Omar y Granola (sin carro), me hace sentir protegida, querida. Siempre habrá una silla y un abrazo.


viernes, 20 de febrero de 2009

Anoche fue de insomnio total, pero de verdad insomnio. Me arrepentí de tanto café del Sanborns, ni siquiera un cigarro para minimizar la cafeína. Es lo mismo, lo sé. 
Esta semana que no he tenido carro, he visto muchas cosas: la carambola de papeles blancos arrastrados por la lluvia, el cementerio que se ve al otro lado de la colina, lo verde del pasto, los perros que pelean por comida (el otro día casi me muerde uno), y hoy una llanta que, empujada por la gravedad, descendía a toda velocidad por la empinada de mi cuadra.

Extraño mi carro, pero esta semana he caminado por el Centro como si fuera extranjera.

martes, 17 de febrero de 2009

Organizados para no leer
Gabriel Zaid
El centro de la vida literaria está en leer, que es una actividad mental y solitaria, aunque puede vivirse como un diálogo, hasta con cierta animación corporal. José Vasconcelos habló de libros que se leen de pie; que nos mueven a hacer cosas, tomar notas, consultar un diccionario, ver el jardín con otros ojos. Compartir esa animación, hablar de la experiencia de leer, de lo que dice un libro y cómo lo dice, de lo que gusta o decepciona, hace más inteligente la vida social y personal.
Pero hay otras extensiones del mundo literario. Algunas tan periféricas que no requieren la lectura. O tan ajetreadas que no dan tiempo de leer. Paradójicamente, las actividades que dominan "la vida literaria" son las que prosperan sin necesidad de leer.

HACER VIDA SOCIAL EN EL MUNDO LITERARIO SIN LEER

Conocer nombres de autores y de libros en cápsulas informativas y valorativas de enciclopedias, solapas de libros, cubiertas de discos, letreros de museos, programas de espectáculos, anuncios, noticias, entrevistas, frases o juicios escuchados. Información valiosa para alternar en la conversación, orientarse y elegir, porque no hay tiempo de leer todo, y las noticias pueden funcionar como lectura previa, en muchos casos más que suficiente.
Conocer libros por la encuadernación, la tipografía, las ilustraciones, de preferencia en buenas ediciones. Mejor aún, tenerlos en casa, para sentirse acompañado y enseñarlos, con fotos, bustos, ediciones firmadas y reliquias de autores eminentes. Objetos que dan calor (no sólo prestigio) cultural, que decoran" ambientan, embellecen, y que no hace falta leer.
Conocer autores por la encuadernación social. Estar al día de los chismes sobre su vida social, sexual, conflictiva, sobre las peripecias de la fama, el poder y la fortuna. Mejor aún, tratarlos personalmente y de tú, en reuniones que pueden conducir a una familiaridad de muchos años, aunque no necesariamente a la lectura.
No faltan tímidos que se avergüenzan de estar en una cena de homenaje a un autor, por su reciente libro, sin haberlo leído. Pero la gente más mundana sabe que lo importante es el brindis, la alegría, el sentirse parte de una comunidad culta, las sabrosas ocurrencias y chismes de la celebración: lo que dice la fiesta, no lo que dice el libro.
Tampoco faltan inocentes que dan excusas por lo caro que están los libros, lo difícil que es conseguirlos (¡no estaba en cuatro librerías!) y la falta de tiempo para leer; aunque el libro cueste menos que la cena, y leerlo tome menos horas que reunirse, celebrarlo y volver a casa.
Lo importante de la vida social es la vida social, no la lectura, aunque se hable de libros. Lo importante de tratar a los autores es tratarlos, no leerlos. Convivir con el Establishment. Dejar caer, como no queriendo, la alusión que provoca la sorpresa: Pero ... ¡lo conoces!
Los actos públicos suelen ser menos divertidos que las cenas privada, pero más democráticos: una oportunidad para los no invitados a las cenas. Ahí está, lo pueden ver, quizá hasta dirigirle una pregunta. Pueden sentir que forman parte de la vida literaria.
Quizás (aunque el porcentaje no es muy alto) animarse a comprar sus libros, sobre todo si los firma, para exhibirlos en la casa como conversation piece. Pero si fuera posible saber cuántos leyeron el libro, antes o después del acto, y no sólo del público, sino de los mismos organizadores y presentadores; quedaría claro para qué es el acto.
Lo importante de la presentación de libros es la presentación, no la lectura. Lo importante es el montaje teatral de un acto que sirve para ganar presencia en la vida social, con anuncios y noticias en los periódicos, la radio y la televisión. Para lo cual no es necesario que los participantes hayan leído libro o piensen leerlo. Basta con que se difunda la manifestación de que el libro existe, el autor existe, la editorial existe, los distinguidos oficiantes del acto y la institución que lo cobija existen, en beneficio de todos ellos. Lo importante es lo que dice el acto, no lo que dice el libro.
*diario Reforma/ sábado 24 de enero del 2009

Me lo robé del blog de la Buba.
Aquí textos de Buba, Magali y el proyecto de las morras, de nosotras: La Línea.
Escuchaste mi voz al mediodía?
Una está asustada. No quiere salir de casa. Una preferiría que fuera enero.

lunes, 16 de febrero de 2009

Te vi subir al taxi, y observé la cara que hiciste al ver que la señora del fondo, lloraba con la mejilla pegada al cristal, eran las 6:40am, muy temprano para el dolor.
Me reí cuando agachaste la cabeza sin saber qué hacer, no sabías a ciencia cierta cuál era el destino exacto del taxi, lo que querías era salir de ahí, que el chofer te llevara al centro.
Caminaste tres cuadras, yo te veía desde adentro y sólo reía. Tu rostro de desvelo crónico es inconfundible. Llegaste a la parada y tomaste el siguiente transporte, esperaste a que se llenara. Sentiste pena, las personas de al lado, olían a fragancias lindas, y tú te habías levantado tarde, sólo el pants, la gorra, los tennis y adiós. 
Tú eras la persona que llevaba el destino más lejano. Serías la última en bajar. Te miré a través del espejo, y escuché al taxista hablarte de su separación, de sus hijos y sus tres taxis, de sus deseos de vender la casa e irse de regreso a su pueblo. El dolor es colectivo, pensaste. Era tarde, tú tenías un pie abajo, la puerta abierta y el señor te hablaba triste. Lo intuí, no sabías qué hacer.  
Los taxistas tienen una vida solitaria -puedo jurar que eso pensaste-, aparentemente tienen contacto con mucha gente, pero su necesidad de hablar es insólita. Lo corroboraste a tu regreso, cuando el otro chofer te mostró la libretita con sus gastos y ganancias, hasta le ayudaste a sumar mientras él manejaba.

La lluvia y las bolas blancas corriendo con el agua.

Extrañas esa lectura calientita.

domingo, 15 de febrero de 2009

Tu voz calientita me salva.

Mariana Mtz. Stens.
Levantamos la copa y brindamos por la palabra, la compañía, las risas del público, y el silencio colectivo cuando un poema les calaba en los huesos.
Noche rica, amena, nos pidieron leer poemas de amor, y fuimos muy diversos.

Algunas veces, le tuvimos que jurar al público que eran de amor, aunque pareciera lo contrario. 

 

sábado, 14 de febrero de 2009

Te levantas con el cabello explotado como de costumbre, recorres las persianas para que entre un poco de luz, y lo primero que ves, son decenas de post its en el carro del vecino. Sabes que nadie te dejará papelitos amarillos con frases románticas, mucho menos en el parabrisas, el espacio donde suele dormir tu camioneta, está vacío. Sabes que es tu culpa, pero aún así recriminas al sistema. 
Los vi vestidos de azul, y no pude dar la vuelta a tiempo. 
Uno levantó la mano en señal de "deténgase". No pude evitarlo, eran más de cuatro. Ni siquiera el consabido "oríllese a la orilla". Tuve que abrir la puerta para darle paso al frío, y a la regordeta mano femenina que exigía mi licencia de conducir. Ya la había librado mucho. 
Omar me lo advirtió muchas veces. Hoy la estupidez se me embarró en la cara, las uñas, los ojos y en el cuerpo.
Vi como se la llevaban, sólo les tomó unos cuantos minutos. A mí me tomó lo doble bajar mis cosas: el vestuario de crupier cubana, el antifaz, la veintena de libros que descansaban en el asiento trasero, las carpetas de mis clases, los trabajos de mis alumnos, un par de botas, el abrigo extra, la mochila, mi bolsa, los papeles del carro, la sombrilla, mi cosmetiquera, mi garganta piedra, mi yo. Bajarme a mí fue lo más difícil. 

La vi irse, sin decir nada, la seguí por mucho tiempo con la mirada hasta que desapareció. Algo me dice que no voy a recuperarla.

Espero equivocarme. 


jueves, 12 de febrero de 2009

Son casi las doce y estás cansada, pero los ojos se niegan a dormir. 
Su cumpleaños fue ayer, y llegó con la carita maquillada, un abrigo de invierno y la sonrisa de lado a lado. Bolas de algodón que paseaban por el cielo, fueron testigos oculares de su nueva vida.

Happy Birthday Miriam!!!!

domingo, 8 de febrero de 2009

Romeo y Julieta

A propósito del día del amor:

Estos días de encierro voluntario, han invitado a Una -entre otras cosas- a ver películas. Han sido muchas a las que ha recurrido. Una tiene sus favoritas, la lista sería interminable. Y en su afán por creer en ese concepto abstracto que el Hombre llama amor, una tarde de domingo se decidió por Romeo y Julieta. Pudo haber escogido La insoportable levedad del ser, Ghost, El libro de cabecera, Luna amarga, etc., pero no, Una pensó en Shakespeare, y en que Romeo y Julieta es considerada una de las historias de amor más grande de la literatura universal.

Hacía años que no la veía -aparte era la versión con el guapo Di Caprio-, Una la vio cuando todavía era casi una adolescente y creía que el mundo era maravilloso. Ahora, años después, la interpretación fue distinta.
El amor de Romeo no es puro, la misma noche que llora por el desamor de Rosalinda, cae hechizado por la belleza gentil de Julieta, la misma noche. Enesta historia no importa cuál de los dos es el protagonista, lo que importa es el amor verdadero de Julieta hacia su Romeo. Aquí no entra la solidaridad de género al establecer que la niña es la que se enamora, ni consiste en elevar a la perfección a la mujer, no.
Romeo es un enamoradizo declarado, si no hubiera sido Julieta, pudo haber sido cualquier otra.

El amor de ambos es condicionado por la intromisión de la iglesia, la que es representada por el padre y su inconcebible forma de remediar el problema. 

Feliz día del amor.



Por qué escribe, quien escribe?
Acaso es una orden marcada por la soledad, la depresión?
La constante inconformidad por lo que es real, lo auspiciado por el mundo que nos tocó vivir?

Acaso la escritura es también un estado de excepción?
Happy Birthday a las Arreola!!!



lunes, 2 de febrero de 2009

Es verdad, el tiempo brinca. Mañana es el regreso a clases y tendré los mismos maestros del semestre pasado. Espero que mejoren las cátedras. 
Me levantaré de madrugada y me acostumbraré a dormir 5 horas diarias nuevamente. No hay mucho qué decir, sólo que regreso a clases en un ciclo donde Obama es presidente de U.S.A. Y la crisis tan anunciada amenaza con convertirse en una nueva época de depresión.

La segunda guerra mundial dio paso a corrientes artísticas y literarias. Será este otro rompimiento generacional?

La posibilidad de continuar con el proyecto de las morras se abre nuevamente. La responsabilidad de reencontrar nuestras voces es cada vez más punzante.

Fin de semana con vino aquí, y chela allá. Buena charla.