Y tenía pánico.
No es lo mismo dirigir a actores, que dirigir a tres mujeres que tienen más de veinte años como cantantes de ópera. No, no es lo mismo.
Entro a un nuevo mundo escénico: la ópera. Aquí no se calienta voz con trabalenguas y abecedarios, se calienta con arias y compases.
Ellas y sus vestidos. Ellas y sus cuerpos. Ellas y sus voces. Ellas como emperatrices de la mentira.
Estrenamos el 21 de septiembre.
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Cuatro clases de teatro en la Ibero, y ya sé lo que voy a montar con ellos.
I love my job. I love my job. I love my job.
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Ivanna es feliz porque su madre la ama y ama lo que hace y, por supuesto, en ella se manifiesta.
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