Y entonces me doy cuenta que mi vida está allá, en otra parte, en un aquí,
nunca en un ahora, que está en aquellos surcos que se forman en la tierra,
en unos pies que no descansan, en unos ojos que no duermen, en una boca que nada se guarda.
jueves, 4 de agosto de 2011
Ojalá que con tres tazas de café pudiéramos arreglar el mundo.
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