Sólo luces tenues iluminan las calles; en Querétaro también las sirenas cantan a las 5 de la mañana.
Abandonas las baldosas, el camino negro de la carretera te invita a otra ciudad, a otra que espera tu llegada.
El cielo te recibe con el agua en sus orillas, lo agradeces: te encanta la época de lluvía. La Condesa te presume sus caminos, Mara te espera en la puerta y los deliciosos hot cakes del Péndulo le hacen compañía.
El Parque México te mueve la cola, las decenas de animales de cuatro patas te sonríen y ladran; sus dueños se mueven al mismo ritmo que sus mascotas.
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