jueves, 27 de mayo de 2010


Terminando de escribir para poder escribir.

No sé cuántas veces he vaciado el cenicero el día de hoy. El tiempo va en avión y yo no alcanzo sus alas.

La cafetera ha llenado también un sinfín de tazas.

Necesito aire… un buen libro. La música suena por toda la casa, Tears for Fears retumba sobre la barra con Break it down again. Escogió un buen momento: siento que me quiebro por el sueño. En otros tiempos ya hubiera terminado. Pero ahora, en este momento, lo que más me sorprende es mi falta de interés por terminar.

Estoy cansada de entregar trabajos, que estoy segura, no todos los maestros leen. Pero el factor tiempo me pisa los talones, me toma de los cabellos, y me recuerda que él es el que manda.

Esta noche no hace frío y lo agradezco. Tengo mi soledad infinita y lo agradezco. Se acercan los viajes, y veré a mis amigas y lo agradezco. El próximo jueves hago mi examen Toffel, y eso, por supuesto, no lo agradezco.

No hay agua en la ciudad y eso tampoco lo agradezco.

Ya falta menos. Ya falta menos. Por qué si el tiempo corre tan rápido, me parece eterno terminar?

No more sleeping dreamin’ que Everybody wants to rule the world.

Aunque sea un Mad world.

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