Cuarto de dos por dos. Paredes blancas. Olor a farmacia. Uno. Dos. Tres. L
ágrima transparente. Vulnerabilidad.
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Ya no sabes que n
úmero de viaje es
éste. Te subes al carro y sientes que flotas, te preguntas como manejar
ás tu
buick después de manejar el
Jetta. La carretera se presume firme pero desolada; nunca has manejado por la Rumorosa y menos sola, menos de noche.
Piensas en las cosas importantes y en lo sencillo que es abandonar tierra conocida, pisas el acelerador y ruegas no perderte.
Los
días mueren
y el cabello crece, la distancia es corta hacia tu cintura.
Elma te espera en su
Mxl cálido. Esta noche no
habrá sillón rojo,
habrá habitación de hotel y
café en el cuarto.
Caminan por la Justo Sierra y recuerdas el calor y los
hot dogs de
Hermosillo;
deberías estar en
Zacatecas,
deberías de haberte subido al
avión a pesar de que la
Dra. dijo que no
podías.
Extrañas tu tierra
michoacana, las caminatas por la plaza de
Morelia, las calles y rostros morenos de la gente, los tamales de tres pesos, el chocolate caliente.
Extrañas Zacatecas y los zapatos rojos.Las cosas pasan por algo.
La escuela ya termin
ó y te horroriza la idea de ponerte otra vez un
virrete, de salir en la foto. Agradeces a Ali sus t
és de
árnica y cuidados intensivos, la risa desaforada, los trajes de porrista, las im
ágenes, la compañía; los mails de ellas, el amor tan grande, la incondicionalidad.Ya no
actúo, te dices. Ya no es necesario. D te espera con sus besos plenos.
Happyness.