sábado, 31 de octubre de 2009

Estar en un grupo siempre es un reto, lo ha sido desde siempre. Lo ha sido para mí durante los últimos tres años. Se pierden cosas, se ganan otras, se adquiere conocimiento en todos los aspectos, cómo agradecer el hecho de no haber conocido el teatro apenas! El no haber tenido mi primer acercamiento al teatro acompañando a este grupo. Porque lo que sucede es lo que sucedió con Nadia Comanecci: una mujer echada a perder, un grupo echado a perder.

Como siempre, desde el principio de los tiempos, está la gordita con baja autoestima que es sangrona y finge ser buena onda, el resto que, cuidadoso, procura no hacer comentarios referentes a las dietas y peso de la susodicha. También está el otro, el que cree que salva al grupo de las desavenencias y que, sin embargo, ocupará puestos institucionales y te hará dar cien vueltas a su oficina antes de negarte un espacio, una reunión, apoyo o ya qué decir, una cita. Está también la novia de, la que se esconde tras la sombra del próximo gerente y que sabe que debe actuar como la próxima primera dama. También está el que es bueno para todo, el que no se equivoca, que ríe con todos y es la imagen a seguir; está también la sabelotodo, la que está en desacuerdo con el mundo y se victimiza todo el tiempo, y las bonitas, cómo olvidar en este texto a las bonitas, a las que miden 65 de cintura y tienen piel de porcelana, las que se creen princesas pues! También está la que se viste bien, la que siempre está a la moda, la que tiene una colota que le pisen y se atreve a sentirse la perfección con todo y dones, la que ha mentido, viboreado, y no tiene empacho en mirar de frente a todo mundo como si no hubiera roto un plato. En los grupos también hay parejas, las que comienzan a principio de la carrera y que por diversas razones siguen o terminan.

 

Río, río irónicamente.  

lunes, 26 de octubre de 2009

No entiendo. No me gusta. No lo acepto.

La valentía está escondida entre los edificios circundantes.

Dónde los valientes?

domingo, 11 de octubre de 2009

Extraño sus ojos en los míos. Su sonrisa grandilocuente, su abrazo eterno en mis rodillas.
Cuando él lo mencionó en el taller, no lo creí. Se trataba de aceptarse, hacer las cosas con conciencia. También dijo que al aceptarse, las carencias ajenas -además de las propias, serían más notorias-, de inicio no le creí, pero ahora veo que es cierto. Ya no soy la misma de hace semanas, ni de hace meses. Pero descubro que no todos van a ir a la misma sintonía que yo. Una de las cosas que aprendí con él, fue a pedir lo que merecía, pedirlo, así nomás, fácil. Pero resulta que el no agachar la cabeza atrae más problemas que el levantamiento de los Zapatistas en los 90's. 

Tener paciencia no es una de mis virtudes.

domingo, 4 de octubre de 2009

Se sienta en su escritorio, le pide su café matutino a la secretaria. Ella lo atiende con la cabeza baja y sin decir nada. Se siente cómodo, decenas de papeles adornan, sí, adornan su escritorio. Los folders con pendientes lo hacen sentir importante, hacía años que quería sentir el poder totalitario donde sus súbditos sufrieran del terrorismo psicológico. Lo había aprendido muy bien, no en balde los años que llevaba militando le servían de algo. Su mirada benévola, se encarga de esconder sus verdaderas intenciones. Se levanta, le llama a su secre nuevamente y le pide la presentación ya preparada para llevársela a sus jefes.
más vale que no tengas errores como la vez pasada, cada que te equivocas me haces quedar en ridículo- Le grita.

Antes de salir de la oficina, le pide a su asistente que tire el altero de quejas que hay sobre su escritorio, todas contra él. 
Cada viernes hay que tirar las huellas de la ineficiencia institucional, le dice.
Ya el lunes nos hacemos de la vista gorda.

sábado, 3 de octubre de 2009

Hoy el grupo de teatro infantil "Los Inteatrables" presentan
La peor señora del mundo 
ICBC
4:00pm.

Son mi grupo de teatro para niños.

Los esperamos.
Esto de ser adulto quita mucho el tiempo. Cuando Una cree que la vida va bien, la semana se presenta accidentada, el destino pone trampas diarias. Tengo que aprender a solucionar, solucionar, esa parece ser la palabra de la semana.
Ni modo.
-----------
No le he dicho a Angeles, pero tengo ganas de ver a mi padre. Hace mucho que no sé cómo está. Si se baña, si le hacen lonche y se lo llevan al trabajo, tal como lo hacía mi madre. Me pregunto si extrañará su antigua cama, su casa, las paredes en las que vivió los últimos 16 años. Me hace sentir mejor pensar que sí. Espero.
La última vez que nos vimos me mentó la madre. La última vez que hablamos le colgué el teléfono.

----------

No hay tregua.

---------

Lo dicho, no hay tregua, este  post lo publiqué por equivocación en el blog del Proyecto de las morras.