viernes, 29 de agosto de 2008

Va un poema de una compañera de lit. erótica


No se habla con la boca llena
de sangre blanca
tan llena.


Patricia Barraza, Poema oral

martes, 26 de agosto de 2008

Estoy empezando a disfrutar la soledad de mi casa. Ese llegar y saludarme a mí misma y al eco que dejan las hormigas cuando pasan. No, todavía no se han ido. Tampoco he querido matarlas, ellas solas dicidirán abandonarme cuando se termine el verano. Antes de que se vayan, les pondré un letrero: este hotel permanecerá cerrado el próximo verano. FAVOR DE NO REGRESAR.

Amo mi casa con sus paredes blancas y sus columnas rojas, donde el piso es mío, los sillones son míos, el refri es mío, la lavadora es mía. Me gusta dormir en el sillón, a veces lo hago por varias noches seguidas. En ocasiones, sólo entro a la recámara a vestirme, y me gusta, me gusta mucho.
La casa ya sólo me tiene a mí, y yo la tengo a ella. Estamos solas, pero nos acompañamos y nos queremos demasiado. Tanto, que a pesar de la vorágine, no he podido abandonarla. Muchas veces lo he pensado, pero no puedo, ella me detiene, la miro y me ruega que permanezca.

Cambié muchas cosas, y muchos muebles desde el inicio del extrañamiento; la casa ya se parece a mí, es una extensión del yo y sus emociones.

Hoy en la madrugada al levantarme para ir a la escuela, me dí cuenta que ya no extraño tanto como antes. Aunque suene a lugar común, es cierto: todo pasa...la tempestad y la calma. Y la tormenta está desapareciendo con agosto. Me había puesto nueve meses, uno por año. Mis años fueron nueve, y los meses: nueve. No lo logré, pero el camino que llevo recorrido es demasiado. Comienzo a disfrutar las cosas bonitas que me pasan. En estos nueve meses han sido muchas, tantas que durante semanas estuve asustada.

No extrañé el domingo. En la misa de mi abuela ni siquiera lloré. Pensé que iba a hacerlo. A ella la extraño y la extrañaré siempre. Pero ya no extraño, ya no, no tanto como antes.

Una nueva etapa. Una nueva vida. Un nuevo proceso, un nuevo semestre, ropa nueva, nuevo... todo.

viernes, 22 de agosto de 2008


Salud Elena!!!

Diez años hace ya de tu muerte. Prometo hablar de ti el domingo, en el aniversario luctuoso de mi abuela.

Se pusieron de acuerdo para encontrarse el mismo día?

De ella recuerdo la mirada, la comida y la suavidad de sus manos.

De ti?

Lo dicho... regresar es reinventarse. Hace años que leí Rayuela, hace muchos años. Pero hoy en la clase volví a analizar este capítulo. Maldita memoria, nunca pude recordar qué escribí la primera vez respecto al lenguaje glíglico.

Lo que sí recuerdo es que nunca soñé con ser la Maga.


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.


Cortazar, Rayuela. Capítulo 68
No sé por qué (bueno sí, pero eso me lo callo) había pensado en la biblia como génesis de la literatura erótica.

1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
1:3 A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.
1:4 Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.
1:5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
Como las tiendas de Cedar, Como las cortinas de Salomón.
1:6 No reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.
1:7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros?
1:8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,
Ve, sigue las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

Salomón, Cantar de los Cantares
De regreso a la escuela. Un nuevo ciclo comienza. Diría que estoy triste porque las vacaciones se terminaron, pero en realidad no tuve vacaciones. Deseo pasar tiempo en mi casa. Realizar viajes sin tener que abandonar mi cama.

Otra vez levantarme temprano y luchar por que el reloj se detenga siempre diez minutos antes de las siete. Sonreirle al maestro si me pasé 5 minutos del tiempo establecido, rogarle para que no me ponga retardo.
Al entrar al salón y verle las caras a mis compañeros, olvido que soy maestra y me reinvento.

El verano casi se acaba, espero que agosto termine cuanto antes y le abra la cara al otoño.

Ese recorrer de la lluvia sobre las ventanas con un buen libro en las manos y el café de cafetera.

Espero diciembre. Sólo espero, ya no falta mucho.

domingo, 17 de agosto de 2008

Lo prometido es deuda..



Las cosas llegan tarde pero siempre llegan.

viernes, 15 de agosto de 2008

"cuánto me debía el destino que contigo me pagó"

Este correo me alegró el día.
Un poco tarde la felicitación, pero besos miles a Omar Pimienta y a Sylvis Aguilar Z. Por la beca.
En la revista Casa del Tiempo se acaba de publicar un texto de la esme. Estoy contenta.

http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/10_iv_ago_2008/index.php

miércoles, 13 de agosto de 2008

Euforia: Bella locura.