lunes, 4 de junio de 2012

Todo es parte de un proceso. Todo se acomoda. Las cosas pasan por algo... etc.

He escuchado decir estas palabras cientos de veces.

Por primera vez estoy de acuerdo.

Todo es un proceso. Todo se acomoda.

Se acomoda por ejemplo que todo este semestre haya estado en una especie de limbo, uno que me llega en mis 30´s; no he escrito mucho y a veces extraño el tiempo en que escribía durante la madrugada, durante la tarde, el día, la mañana.

Este limbo me ha robado el tiempo, y como intercambio me ha lanzado a la antropología, ciencias sociales, a la historia... Por qué me tardé tanto en llegar a estas disciplinas que descubro tan necesarias, impetuosas, grandes?

El estudio del hombre, de sus costumbres, decisiones.

Y es cuando pienso que todo pasa por algo y que mis 20´s me prepararon el terreno, aquí es a donde quería llegar: a la mezcla de disciplinas.

Sí, eso era.

Me estaba preparando para el limbo, uno que me permite llegar a un bar y sentarme por más de dos horas con una ex de mi ex y tener una charla requetelinda. Si alguien hubiera apostado... qué le puedo decir. Un limbo que me lleva a trabajar con otra ex de mi ex en un proyecto muy chido.

Le digo... es el limbo.

Sí, eso era.

Un limbo que ahora, después de cuatro años de proceso, verá publicado el libro de las morras. Y lo leeremos, presumiremos, presentaremos y nos sentaremos a decir que la ciudad es nuestra, y que este libro encierra las voces de todas esas mujeres en proceso de rehabilitación.



Tiempo completo.

No hay comentarios: