martes, 15 de enero de 2013

De vez en cuando soñar acarrea problemas, sobre todo si le hacemos caso al subconsciente que no controla el súper yo y éste hace de las suyas.
Tuve que reunir a tres amigas para hablar de eso durante tres horas, no llegamos a ninguna conclusión, bueno... sí.
Una dijo que no, la otra que quizá sí, la última que sólo era una solicitud. Hicimos lo que siempre hacemos: arreglar el mundo desde una mesa repleta de sobrecitos vacíos de azúcar y recipientes ya sin leche deslactosada. Sí, así arreglamos el mundo: nuestro mundo, o más bien como nosotras lo vemos.
Hablamos del reconocimiento del cuerpo, nuestro cuerpo, uno distinto al de hace diez años, ya sin la firmeza y resplandor de los 20´s pero sí más fuerte y lleno de confianza, igual que nuestra mente.
Hablamos del año que ya se fue y sus momentos intensos: esta vez el 2012 se rindió en un pestañeo; de nuestros hijos y su cabellera más oscura que las nubes de invierno; de mi despedido antiético y hegémonico de una escuela, del doble discurso moral y político de quien me despidió, de la pena. Sí, de la pena. De mi baja temporal de la maestría, de la casa que construyo para que mi hija tenga espacio donde correr al patear una pelota.

Adoptaré las teorías sin parafrasearlas.

El año viene movidito y feliz.

Me dejaré llevar sin perder el ritmo.


3 comentarios:

EL GATO AZUL EN TIJUANA dijo...

Yo quiero platicar...cuando?..

esme dijo...

Usté ponga la fecha! Pero que sea por la tarde.

Cómo ve?

Anónimo dijo...

a su, de donde te corrieron?