Ya no sé si las puertas se siguen abriendo o se están cerrando.
El universo hilvana los acontecimientos cual moira.
Dos hombres se acercan a vaciar sus consciencias y eximir sus culpas.
Y pienso en la culpa, en esa palabra que ahoga el pensamiento y se queda detenida en la memoria cual piedra incrustada en el zapato.
El Hombre es una máquina de cometer errores o simplemente toma malas decisiones?
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Estarás en la oficina, la gente entrando y saliendo. Él llegará, se sentará y recargará sus brazos en el escritorio, verás su cara desencajada y escucharás en susurro que solicita tu perdón.
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Dos años han pasado desde que nació mi hija. Dos años sin la figura paterna. Dos años, seis meses desde que supe que mi hija sólo llevaría mis apellidos. Esto no es queja, ni victimización. Es un saber que así serían las cosas y nada más. Lo acepté, asimilé y seguí caminando al mismo ritmo, al mismo paso.
El tiempo es sabio y todo lo acomoda.
No hay papá todavía, pero el perdón es algo.
Tres semanas. Dos abrazos. Dos hombres a los que amé. Y ahora ya no. Cuerpos distintos. Vínculos. Desapegos.
Ni un beso. Sólo paz.
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Hoy la hija se fue de vacaciones.
2 comentarios:
Hace unos días me preguntaba ¿cómo perdonar a quien no ha pedido perdón?
Mi hijo tambien lleva solo mis apellidos. Ojalá pueda encontrar esa paz que da el desapego... Enhorabuena por vos.
Abrazo virtual.
Hola.
Gracias por tu abrazo, yo también te envío uno, grande y fuerte.
No ha sido fácil (ni lo será), eso de que tenemos hijos con solo nuestros apellidos.
Duele, es cierto; sin embargo hay una frase que me ayuda a aceptar que no haya una figura paterna: de verdad quiero que alguien tan cobarde y miserable esté cerca de mi hija? Y la respuesta es negativa completamente.
El papá de mi hija acaba de tener un bebé hermoso, y me río de él a carcajadas silenciosas cuando trata de convencer al mundo de que es un excelente papá.
Se engaña a sí mismo.
Te mando besos muchos.
Aquí mi mail.
esmeraldaceballos@gmail.com
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