domingo, 25 de noviembre de 2012

Y aquí ando, a más de 3000 km., de mi Tijuana y de mi hija.

Camino por las calles y pienso en lo mucho que me gustaría abandonar la frontera, cambiar de gente, caminos, ser la hija rebelde que abandona las miradas constantes de los edificios ya conocidos. Lo preciso del comportamiento reúnido durante los 20´s.

Sí, me gustaría ser otra. No una visión de mi misma. No una proyección somnífera de un yo dentro de un sueño y otro sueño y otro sueño.

Quiero una locura sin balanza ni equilibrio. Sin precisión ni certezas. Sin luz prendida ni antifaces. No quiero dormir y soñar lo mismo, a la misma gente. No, ya quiero ser otra.

Una piel despierta en un cuarto de hotel lleno de ruido y silencio.

Y si se puede... de sudor también.



No hay comentarios: