martes, 29 de octubre de 2013

No solo soñé con el viento que rompía las escaleras. Los hombres bailaban con sombreros adornados con penes gigantes; estaban desnudos; danzaban por los aires y yo los veía desde mi escalera rota.
Los hombres se plantaban así mismos sobre la tierra. Yo desde una esquina inmóvil. Un sonido que no se detenía. Un viento que no paraba. Una gota de agua. Los cuerpos se movían con ese ritmo.


A lo lejos cumbia.

1 comentario:

esme dijo...

Y ahora, a dónde se fueron las ventanas?