domingo, 4 de julio de 2010

Siempre hablo de ellos. Sus nombres se me pierden en los labios. Sus caras cambian cada día. Nunca serán como son hoy, sus ojos esconden la ansiedad por volar. Puebla fue un gran salto para ellos; no, no nos queremos separar.

Hoy me siento queen. Con gripa y todo, pero queen.

A veces pienso en el amor, en la felicidad y en todos esos conceptos filosófico-ontológico-emocionales que nos hacen pender de un hilo, en esos que han ocupado millones de ojos y de hojas y me siento agradecida. Los tengo a ellos, sus abrazos, sus besos y su amor infinito.

Veo las plantas que se han mantenido vivas en mi patio trasero.

No hay comentarios: