
Ni un solo día de vacaciones. Escucho las turbinas de un avión y me imagino rumbo a un espacio distinto, con una cara distinta, un cuerpo distinto, uno al que no le guste el teatro y mucho menos la literatura.
Pensar, pensar... para qué pensar tanto y en tantas cosas.
Para qué esto de ser tan compleja-complicadita.
Pienso en El tunel de Sábato.
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