sábado, 5 de julio de 2008

El stress comenzó temprano esta mañana. El grupo de teatro infantil "Los Inteatrables" -mis alumnos- tuvieron presentación hoy en el festival de la ópera de la calle. El día comenzó a las 8 de la mañana. Como todo unos profesionales, puntuales llegaron a la cita. Estaban muy emocionados y yo: histérica. A Brianna se le olvidaron las sandalias, pero inmediatamente le llamó a su mamá para que se las trajera.
Metimos la escenografía con tirabuzón a mi querida windstar y nos fuimos al lugar. La función empezó una hora tarde. Cuando llegamos todavía estaban montando el escenario y yo como loca, busqué a uno de los organizadores y nada. Los micrófonos-diadema fallaron, las voces de los niños no se oían, yo, peleando con el pobre de Romeo que estaba en el sonido. Les quité las diademas a los niños y pedí los ambientales.
Pero ya resuelto el problema, les fue muy bien. Los niños ni se inmutaron, resolvieron todo a la perfección.
Me permito decirlo: esos niños son maravillosos.

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